Hay series centradas en argumentos intrincados que nos mantienen pegados a la pantalla, deseosos de saber qué ocurrirá. Y las hay también, como en este caso, con personajes que pueden parchear cualquier déficit de historia. Con esto no quiero implicar que la trama de Katanagatari deje que desear, al menos no por ahora, sino que aunque ese fuera el caso la serie seguiría siendo entretenida. Sólo así se explica que estuviera satisfecho al acabar el segundo episodio pese a que tuviera una discusión de más de 15 minutos entre la parejita de personajes principales para decidir cual tendría que ser la coletilla del protagonista.
No mucho que contar esta vez sobre lo ocurrido, puesto que la acción es más bien poca. Segunda katana recuperada, esta vez de manos de un samurai hikikomori con cara de pocos amigos. La relación entre Togame y Sichika se desarrolla un poco más, y es precisamente esto lo que le da vida a este anime. Mientras sean capaces de crear situaciones hilarantes en cada uno de sus diálogos, estos 12 capítulos se harán de lo más llevaderos. Y el mes que tendremos que esperar entre cada entrega, precisamente lo contrario.
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